domingo, 30 de agosto de 2009

Nota en el diario "Los Andes"

Ella es tan Cargosa, los héroes de la melodía

“Somos militantes de la canción”

Con “Botella al mar” redoblan la apuesta por los estribillos pop. Los Beatles, la filosofía hippie y el tango en esta charla con su cantante, Rodrigo Manigot.

“Somos militantes de la canción”
Muchos años de carrera ¡y sólo dos discos! La explicación de Manigot es clara: “Somos muy hippies”.

Su impronta beatle comienza en el nombre de la banda (traducción de la lennoniana “I want you - She's so heavy”, de “Abbey Road”). Y continúa en referencias melódicas y líricas de sus canciones, como una que integra el flamante disco “Botella al mar”: “Making of de canción beatle”.

Sin embargo, Ella es tan Cargosa supo despegarse a tiempo de esa filiación, ya que no nacieron en Liverpool sino en Castelar (oeste del Gran Buenos Aires) y su horizonte musical siempre incluyó otros elementos. "Nosotros somos muy beatlescos desde nuestra infancia", reconoce Rodrigo Manigot, cantante, letrista y principal compositor del grupo. "Pero cuando te pegás demasiado a un artista, corrés el riesgo de ser la imitación vernácula", se sincera.

Manigot es la voz que popularizó hits como "Ni siquiera entre tus brazos" y “Llueve", de su primer disco, con el que Ella es tan Cargosa ganó el premio Gardel 2008 como mejor nuevo artista pop.

-¿Por qué recién un segundo disco si llevan tocando 10 años?

-Punto uno, autocrítica: muy hippies. Cuando armamos la banda, jamás pensamos que iba a pasar lo que pasó. Éramos todos músicos desastrosos para los negocios y lo que nos salía eran lindas canciones, pero no sabíamos el modo de vendernos. Punto dos: este país se llama Argentina, es una crisis atrás de otra y es muy difícil sostener proyectos, no sólo proyectos musicales.

-¿Ahora ya no son hippies?

-Por ahí sí, creo que tenés que seguir siéndolo. Lo más importante de esa concepción más anárquica que teníamos eran las canciones y tocar. Ahora nos están pasando un montón de cosas: giras, viajes, muchísima difusión, plata, pero no hay que perder de vista que lo importante es la cocina, lo que pasa en la sala de ensayo y en los shows.

-¿Cómo definís el sonido de “Botella al mar”?

-Quisimos darle un sentido más cancionero, los temas rock -que en vivo garpan un montón- quedaron afuera y apostamos más a la canción. Por supuesto que los detractores nos dicen que lo hacemos por una cuestión comercial, pero nosotros lo hicimos porque sentimos que en la canción llegamos a nuestra mejor versión.

-¿Experimentaron el aprendizaje que se produce entre un primer y un segundo discos?

-En parte sí y en parte no. Creo que experimentamos una soltura, una tranquilidad que antes no teníamos. Pero creo que también aprendimos que había cosas del disco anterior que no nos cerraban, como las guitarras y la batería. También escuchamos las críticas que nos hacían, que el disco sonaba demasiado prolijo.

-La gente los identifica como parte de un movimiento de militantes de la canción, con Los Tipitos y Estelares, entre otros.

-Sí, esa es la palabra, somos militantes de la canción. Porque es un género del que no nos apartamos y apostamos a eso siempre. Ahora es un momento cancionero como no lo fue en los '90, pero también este es un país de grandes canciones de rock y de grandes artistas de la canción, entonces no es sólo una moda.

-Hablando de canciones, en el disco hay mucha letra ‘melanco’, ¿tenés acaso un costado tanguero?

-Sí, lamentablemente soy así. Estoy marcado por el tango, porque los grandes poetas del tango son grandes a nivel literario, como Manzi, Cátulo Castillo, Discépolo. Y tengo una fijación por las cosas tristes: siempre me llamó la atención que en el fono de las cosas tristes hay algo de belleza. Ahora que lo pienso tal vez tengo que hacer una profunda terapia (risas).

-En "Giras" describís la dureza de las giras de las bandas, esas sin glamour, bien tercermundistas. ¿Cuánto de humor y cuánto de real tiene esa letra?

-Un poco y un poco. Está bueno reírse de uno mismo y verse desde afuera. El público te pone en otro lugar, tenés que jugar el papel del rockstar y hay una cierta torpeza y se nota. Es como el tipo que quiere salir a bailar y baila mal. Hay que reírse un poco de eso, sería patético que no jugaras y te la creyeras.

-Como Pomelo, a quien nombrás …

-Por supuesto, porque el tipo es una caricatura de todos nosotros excelentemente tomada. Y por momentos uno se pomeliza. Yo he visto a colegas exigir, a tres horas de terminado el show, un champán en la barra.

-En "Argentinas" hablás de las cacerolas, del "que se vayan todos", ¿no es medio anacrónico?

-Yo no me considero un tipo muy claro a nivel contestatario, sí me parece que hay una serie de contradicciones en las que caemos, por lo menos la clase media, que está bueno marcarlas. Este odio por la clase política y después foto con Cristina. Por Leo Oliva - loliva@losandes.com.ar

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